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Adaptógenos: plantas y hongos para tiempos modernos

agosto 22, 2023

En la actualidad se habla mucho del estrés, sin embargo, se habla poco de cómo este interactúa con nuestro cuerpo. Las sociedades modernas –caracterizadas por un alto uso tecnológico y jornadas laborales demandantes– están expuestas a elevados niveles de estrés: no solo las horas del trabajo son largas y desgastantes, sino también la atmósfera y el agua están contaminadas y los alimentos tienen enormes deficiencias nutricionales y son rociados con pesticidas químicos tóxicos. Además, estamos expuestos constantemente a ondas electromagnéticas y ruido. Todos los anteriores –y muchos agentes más– llevan al cuerpo a un estado de desequilibrio, transformándolo en un sujeto más propenso a la enfermedad. La lista es infinita y por ello se categoriza el estrés en: estrés biológico, químico, ambiental, psicológico, físico y espiritual. No es por nada que atravesamos una crisis de salud, la cual se está agudizando en estos tiempos inciertos de (también) crisis ambiental.

Adaptación para mantener la salud

La mayoría de las enfermedades de los tiempos modernos son causadas por el estrés, por lo que reducir nuestra exposición a fuentes de estrés y buscar prácticas que impulsen al cuerpo a adaptarse son clave para mantener la salud. Esta última puede ser definida como la capacidad de un organismo de responder a diversos desafíos externos, de tal forma que se mantiene el equilibrio. La aparición de la enfermedad es entonces, una falla en la respuesta de adaptarse a ese desafío, rompiendo el equilibrio del sistema completo. En búsqueda de mejorar la salud, y utilizando como principio la prevención de la enfermedad, nace el concepto de adaptación para la definición y categorización de algunos seres vivos biológicos que llevan al cuerpo hacia la homeostasis –o equilibrio. Bienvenidos al mundo mágico de las plantas y los hongos adaptógenos.

Adaptógenos © Flora y Espora

Los adaptógenos son plantas y hongos medicinales que, tal como indica su nombre, ayudan al cuerpo a adaptarse al estrés. Para ser consideradas adaptogénicas estas deben cumplir tres criterios: no ser tóxicas, proveer beneficios para una amplia gama de condiciones vinculadas al estrés –a través de una respuesta no específica en el cuerpo– y a regular cualquier desequilibrio a través de una acción bidireccional, generando así un estado de homeostasis.  El término fue acuñado en 1957 por un investigador ruso, el Dr. Nikolai Lazarev quien comenzó a investigar plantas de todo el mundo en búsqueda de descubrir maneras de proteger y mejorar la salud humana, que en esos tiempos estaba comenzando a exponerse a los efectos nocivos de la industrialización. No obstante, desde los años 40 se describe un tipo de planta que “ayuda a mejorar la resistencia en general” frente a múltiples estresores, ayudando al cuerpo a adaptarse a los cambios en el ambiente (Ayales, 2019). El estudio de adaptógenos se hizo tan popular que en los años 60 se transformó en una línea oficial de estudio biomédico. 

A pesar de que el concepto existe desde los años 40, estas plantas y hongos han existido durante siglos. Culturas y sistemas de medicina ancestrales, tales como lo son la Medicina Tradicional China, la herbolaria occidental y el Ayurveda han utilizado plantas y hongos adaptógenos para la mayoría de sus formulaciones tradicionales. Se conoce también de pueblos originarios de las Américas que utilizaban algunas especies adaptógenas tales como los incas, quienes consumían la Maca, una raíz adaptógena de Sudamérica. También se conoce el consumo de ginseng por pueblos originarios de Norteamérica.

Existen adaptógenos en todos los continentes y hoy se han categorizado 25 plantas y hongos bajo esta categoría (Winston, 2007). Para considerar una planta u hongo como adaptógeno se requiere de mucha investigación científica, por lo que es altamente probable que existan muchas más de las nombradas oficialmente. Por esta razón, se han separado en distintas categorías para distinguir entre las más estudiadas a menos estudiadas: los adaptógenos primarios (aquellos 100% confirmados por ciencia) y los adaptógenos secundarios, los que incluyen aquellas plantas y hongos que probablemente sean de esta categoría. 

Adaptógenos: plantas y hongos inteligentes 

Los beneficios a la salud de los adaptógenos son múltiples, especialmente debido a que sus acciones afectan a casi todo el cuerpo. Los adaptógenos, al llevar el cuerpo hacia el equilibrio, gatillan cambios específicos en este, particularmente desde el sistema neuroendocrino (endocrino y nervioso) e inmunológico. El sistema endocrino está a cargo de la comunicación química interna del cuerpo, que se realiza a través de hormonas que trabajan en conjunto al sistema nervioso. Este último tiene como objetivo generar un estado de homeostasis interno frente a todas las acciones producidas en el cuerpo. 

En el sistema endocrino se forma el “eje HPA”, el cual consiste en una serie de interacciones entre el hipotálamo, la glándula pituitaria y las glándulas adrenales. Este eje tiene un efecto directo en la tiroides, sistema cardiovascular y en el sistema de producción hormonal. Se podría decir que es lo que conecta y comunica a varios sistemas claves del cuerpo y justamente es aquí donde los adaptógenos entran a equilibrar. 

Además se ha demostrado que los adaptógenos funcionan a nivel celular, regulando la liberación de ciertas proteínas que pueden combatir el estrés crónico y así reducir el daño causado a nivel celular. También que los adaptógenos estimulan la producción de un neurotransmisor que reduce la ansiedad, baja la percepción del dolor, baja la presión sanguínea, disminuye la adicción y regula la producción de neuronas. Sumado a esto, los adaptógenos también son antioxidantes, cumpliendo un rol clave en la eliminación de daño producido por radicales libres en el cuerpo. Finalmente, todos los adaptógenos también ayudan a modular o estimular el sistema inmune, por lo que pueden ayudar a revertir la inmunosupresión causada por el estrés y reducir el riesgo de cáncer y enfermedades cardiovasculares (Winston, 2007). 

El Ginseng es un adaptógeno que aumenta la energía. © Priya Jaishanker

Si bien los adaptógenos tienen todas estas características comunes, estas plantas y hongos también pueden diferenciarse entre sí; algunos son más estimulantes y otros se utilizan para la relajación. El Ginseng y Eleuthero son conocidos por su capacidad de mejorar el rendimiento deportivo; el Reishi y la Ashwagandha pueden ayudar a calmar a las personas más ansiosas. El Cordyceps regula las hormonas sexuales; la Schisandra mejora la piel; el Regaliz ayuda a aliviar virus respiratorios; y la Rhodiola puede funcionar como un antidepresivo para casos moderados. Estos efectos específicos de cada especie pueden ser inmediatos y actuar poco después de consumirlos, sin embargo, para poder acceder a los beneficios adaptogénicos, es necesario consumir estas plantas y hongos por lo menos entre dos a tres meses de manera contínua. 

El auge de las plantas y hongos adaptógenas sin duda presenta un enorme beneficio para las sociedades modernas, sin embargo, es importante mencionar que este auge presenta también un riesgo para la conservación de algunas de estas especies, especialmente aquellas recolectadas en espacios silvestres. Es por este motivo que es importante preocuparse del origen de las plantas y hongos que consumimos, asegurando que sean libres de tóxicos  –tales como pesticidas– y que también estén libres de arsénico y plomo, elementos comúnmente encontrados en sitios agrícolas con usos previos industriales. Además, debido a los riesgos de sobreexplotación, se recomienda consumir sólo aquellas especies cultivadas de manera orgánica y no aquellas recolectadas, para así prevenir la sobreexplotación y apoyar a aquellos agricultores con buenas prácticas y poder asegurar que las generaciones futuras puedan acceder a todos los beneficios medicinales de estas extraordinarias –y casi mágicas– especies vegetales y fúngicas. 

Referencias

Winston D., Maimes S. Adaptogens. Herbs for strength, stamina and stress relief. Healing Arts Press; Rochester, Vermont, USA: 2007.

Ayales, A. Adaptogens: Herbs for Longevity and Everyday Wellness. Sterling Ethos; New York, USA: 2019. 

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